IMAGEN TOMADA; http://terceracultura.cl/2010/11/spirits-in-the-material-world-el-problema-mente-cuerpo-en-el-siglo-xxi/
TEORIAS
DUALISTAS
Dualismo
En
general, el dualismo sostiene la distinción real entre alma y cuerpo. El alma
humana a veces es llamada espíritu, o es mencionada por sus potencias, como la
razón o la inteligencia. Como lo más obvio es que nuestras ideas, juicios,
intenciones no son algo corpóreo, tangible o visible, el dualismo forma parte
del conocimiento común, al margen de las teorías filosóficas, y en cierto modo
nadie puede prescindir de él. Las religiones suelen sostener igualmente la
dualidad espíritu/cuerpo. Esta dualidad puede concebirse como una yuxtaposición
de dos substancias, capaces de interactuar entre sí (un dolor físico provoca
tristeza; un propósito promueve la actividad del cuerpo), o bien como una
unidad más profunda y esencial. El dualismo en sentido estricto es la posición
filosófica (puede ser también religiosa) que concibe el alma y el cuerpo en
relación de yuxtaposición extrínseca —así es en Platón o Descartes—, y en casos
más extremos se llega a identificar al hombre mismo con el alma, y aún a
considerar que el cuerpo es algo negativo (maniqueísmo). En Aristóteles y Tomás
de Aquino el alma es considerada la forma o acto substancial que da al cuerpo
orgánico su especificidad, aunque se reconoce que el alma humana tiene una
dimensión que trasciende al cuerpo (inteligencia, voluntad libre), sin que por
eso sea extrínseca a él. La posición aristotélico-tomista no puede considerarse
propiamente dualista, aunque sí lo es para el materialismo, que asume de modo
indiscriminado como dualista cualquier postura filosófica que admita la
existencia de algo distinto de las realidades materiales.
En
la filosofía moderna, al haberse perdido con Descartes la noción de alma como
forma del cuerpo, se comienza a hablar sólo de “mente”. Ésta se ve sobre todo
en sus aspectos fenomenológicos —como conciencia, tanto sensitiva como
racional—, así como el cuerpo es tomado en una versión restringida a la
descripción de las ciencias naturales (física). El problema moderno, entonces,
cristaliza en torno a las relaciones entre “mente” y “cerebro”, o entre
operaciones y propiedades “mentales” y procesos y propiedades estrictamente
físicas. Con la expresión qualia, en la filosofía de la mente suelen entenderse las
sensaciones, en cuanto aparecen irreductibles a lo puramente físico. Otro modo
frecuente de referirse a las operaciones mentales en cuanto subjetivas y
conscientes es la expresión de “conocimiento en primera persona” o “privado”,
mientras que los conocimientos que no implican sensaciones subjetivas suelen
llamarse “de tercera persona” o “públicos”, sobre todo si son empíricos u
observables desde fuera.
En
la visión tomista, el yo o la persona normalmente es el conjunto de
alma/cuerpo o mente/cuerpo, aunque se reconoce que no tendría sentido hablar de
un yo o de una persona si no hubiera una subjetividad racional y sentiente. Por
eso no tiene sentido decir que una piedra tiene un yo. De ahí que en los
materialismos las nociones de yo y persona entren en crisis.
En
el ambiente característico de la filosofía de la mente contemporánea, la dualidad
alma/cuerpo o mente/cuerpo suele ser rechazada, pero más bien se piensa sólo en
el dualismo cartesiano, el único conocido. Sin embargo, Popper y Eccles
sostienen posiciones dualistas en parte semejantes a la cartesiana [Popper 1997; Popper-Eccles 1985]. Tal actitud suele
relacionarse con la idea de que sólo las ciencias naturales proporcionarían un
conocimiento serio, con lo que faltan categorías ontológicas para reconocer
aspectos no materiales de la realidad de los que esas ciencias no pueden dar
cuenta, incluso de las sensaciones, que son materiales, mas no en el sentido de
las explicaciones físicas “en tercera persona”.
TOMADO
DE http://www.philosophica.info/voces/mente/mente.html
Hilemorfismo
Se
suele denominar así a la explicación filosófica de la composición de los
cuerpos en materia y forma, términos que no han de entenderse en el sentido
descriptivo de la Física y demás ciencias positivas, sino en sentido
filosófico. Hilemórfico proviene del griego hyle (materia) y morphé (forma).
Aristóteles sentó las bases del hilemorfismo, respondiendo a las aporías de
Parménides y de Heráclito respecto a las mutaciones sustanciales del cosmos.
Posteriormente
se ha consolidado con mayor número de argumentos. El tema suele estudiarse
dentro de la parte de la Filosofía llamada Cosmología o Filosofía de la
Naturaleza, al tratar de la estructura de los cuerpos y, concretamente, la
esencia de los cambios que se dan en la naturaleza.
- Origen histórico. Se
remonta a la problemática suscitada por los antecesores de Aristóteles;
Parménides y Heráclito quedaron absorbidos por el doble problema de la unidad pluralidad
y el de la mutabilidad-permanencia de las cosas.
Parménides
negaba la pluralidad y la mutabilidad, afirmando la unidad y permanencia
monolítica del ser: todo es y nada cambia. por su parte Heráclito sostenía que
la unidad y la permanencia bajo las distintas mutaciones son algo ilusorio, por
lo que sólo admitía la pluralidad y la mutabilidad: todo pasa, todo es puro
devenir. Pero Aristóteles comprende que no se puede negar la mutabilidad de los
seres, y que hay que hacerla compatible con la entidad en el cambio; y esto es
posible porque las cosas constan de acto y potencia. Hay potencia porque se da
un sujeto (materia) capaz de múltiples mutaciones, permaneciendo siempre el
mismo; hay acto, porque la capacidad de determinación está realizada por algo
distinto (forma) de la potencia, por lo actualizante de la potencia. Así quedan
superadas las aporías anteriores, pues se le da su realidad correspondiente a
la pluralidad y a la unidad.
Aplicando
estos principios a la realidad física, Aristóteles llega a explicar cómo los
cuerpos constan de materia prima y forma sustancial. La materia prima es una
sustancia incompleta que, como parte determinable, constituye el compuesto
sustancial material. No es un principio que sea ente completo, sino parte
constitutiva de la sustancia; no es una sustancia completa, porque de suyo es
siempre parte de una sustancia, determinable, indiferente a cualquier forma, ya
que no da la determinación y la especificación del cuerpo; no es cuerpo, sino
constitutivo del cuerpo, como su parte potencial y determinable.
La
forma sustancial es, entonces, la realidad que determina la indiferencia y
potencialidad de la materia, actuando intrínsecamente sobre ella; es lo que
actualiza o realiza la posibilidad de la materia en el orden sustancial; por
tanto, es una sustancia simple e incompleta que, como acto de la materia,
constituye con ella a la sustancia completa. La materia segunda es un cuerpo
que está ya constituido en su propia especie y que está todavía en potencia de
recibir otras determinaciones accidentales.
DUALISMO
CARTESIANO.
René
Descartes (1596—1650) marca el comienzo de la psicología moderna. Fue
un personaje singular: principalmente filósofo, fue también científico,
fisiólogo y matemático.
Creía
que un alma independiente no material habitaba y encontraba expresión en un
cuerpo operado mecánicamente. La realidad del cuerpo no demandaba prueba, la
realidad del alma sí. Descartes usó su famoso aforismo como prueba: cogito
ergo sum, «pienso, luego existo». Es una pulcra forma de prueba y parece
irrebatible. No podemos dudar de la existencia de nuestro propio yo, porque no
podemos dudar del yo a no ser que exista un yo para que dude.
Es
interesante que la idea no se originó con Descartes, aunque generalmente se
atribuye a él. Unos mil doscientos años antes de Descartes, Agustín de Hipona
escribió en su Ciudad de Dios (11.26):
Sin
ninguna engañosa representación de imágenes y fantasmas, estoy absolutamente
seguro de que yo soy, y que lo sé y me deleito en esto. Con
respecto a estas verdades, no tengo temor de los argumentos de los Académicos,
que dicen: «¿Y qué sucede si eres engañado?» Porque si soyengañado, es que soy. Porque
quien no es, no puede ser engañado; y si soy engañado, por esta misma razón soy.
Descartes
estaba interesado acerca de cómo lo inmaterial podía interaccionar con lo
material y cómo la sustancia «extendida» del cuerpo podía alojar al espíritu
«sin extensión» llamado alma. Resolvió el problema de la incompatibilidad de
las dos entidades mediante su dualismo; es decir, dando un nombre al
problema.
Él
mantenía que los dos componentes que constituyen al hombre tuvieron un origen
independiente y que son de una naturaleza fundamentalmente diferente. El cuerpo
se podía dividir mediante la eliminación de una pierna o de un brazo, pero el
alma era indivisible. El alma ocupaba todo el cuerpo en todas sus partes, pero
la reducción del cuerpo en cualquier forma no reducía el alma. El cuerpo era
procreado, el alma era creada. Aunque las dos realidades fuesen de una
naturaleza completamente diferente, podían afectar a la otra, el alma al cuerpo
y el cuerpo al alma. Pero Descartes se
convirtió en el padre de la teoría del interaccionismomente/cuerpo.
- El
interaccionismo de Descartes
Descartes
sostenía que el cerebro (junto con el resto del cuerpo) tenía un principio
operativo puramente mecanicista. Esto es cierto cuando se considera el cuerpo
sin alma —como propuso que era el caso en el mundo animal, donde el alma estaba
ausente. Así, los animales eran meros autómatas. Este punto de vista
mecanicista del cuerpo, incluyendo el cerebro, no era cuestionable si no se
hace del alma una parte esencial de su operación. De modo que Descartes quedaba
libre para proceder con su física de la fisiología.
Pero,
¿cuál era entonces la naturaleza del alma? Su respuesta es simple: las
percepciones sensoriales y las pasiones físicas de los hombres dependen del
cuerpo, pero la conciencia de las mismas reside en el alma. Lo importante,
entonces, es indagar cómo es que el alma deviene consciente (esto es, de su
medio y de sí misma) y cómo consigue actuar sobre el cuerpo. Su conciencia se
debe a la acción del cuerpo sobre la misma, pero, ¿cómo actúa a su vez sobre el
cuerpo cuando ejerce su voluntad?
El
punto de la interacción, según Descartes, tenía lugar en el emplazamiento de la
glándula pineal, el único lugar que según creía él no estaba duplicado como se
creía que lo estaban todas las otras estructuras cerebrales. Sin embargo, no se
consideraba el alma como encerrada en la glándula pineal. La glándula es
meramente el punto de interacción, no la sede del alma en ningún sentido pleno.
TEORÍAS MONISTAS
El monismo materialista, iniciado por Demócrito y Epicuro,
considera que los procesos mentales se explican únicamente por su base
material, localizada en el cerebro. Algunas de las más importantes son:
Materialismos fisicalista o fisicalismo: sostiene que
las actividades mentales on meros procesos fisicoquímicos. Quienes se oponen a
ella la llaman “reduccionismo fisicalista” para subrayar que, al reducir los
fénomenos mentales a físicos, se está cometiendo una simplificación excesiva.
Otra forma es el materialismo cibernético, según el cual el cerebro no es sino
un complicado ordenador.
Materialismo emergentista: considera que lo mental no
se reduce a lo físico, pero sí que emerge evolutivamentede lo físico. Para él,
solo existe una sustancia, la materia, con muchas y diferentes propiedades
fruto de una evolución.
Conductismo
El
conductismo ha sido la corriente dominante en la
filosofía de la mente durante la primera mitad del siglo XX. En la
psicología surgió
como reacción al problema de la
introspección:
cuando mediante la introspección alguien habla de su mundo mental interior, no
hay manera (o no la había entonces) de comprobar la veracidad de sus
declaraciones. Pero sin posibilidad de verificación, dicen los conductistas, no
hay
ciencia posible.
¿Cuál es la solución para la psicología? Debería renunciar a ocuparse de la
vida íntima mental y la introspección y, en vez de eso, concentrarse en el
comportamiento
observable.
Paralelamente a estos desarrollos de la psicología fue
surgiendo un conductismo filosófico. Este se caracteriza por un
verificacionismo que
considera carentes de sentido las declaraciones sobre la vida íntima mental que
no pueden ser comprobadas. Sin embargo, ¿qué son los estados mentales si no
conforman una vida íntima mental de la que se pueda dar cuenta mediante la
introspección? Los conductistas responden: los estados mentales son
descripciones de la conducta o
disposiciones.
El conductismo filosófico ha sufrido una decaída desde la
última mitad del siglo veinte, coincidiendo con el ascenso del
cognoscitivismo.
Los cognoscitivistas rechazan el conductismo debido a varios problemas que
consideran insostenibles. Por ejemplo, se puede pensar que el conductismo es
contra-intuitivo al afirmar que cuando alguien habla de sus punzantes dolores
de cabeza esté hablando de su conducta.
TOMADO
DE; http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_de_la_mente#Conductismo