jueves, 30 de abril de 2015

LOGOTIPO DEL III ENCUENTRO DE FILOSOFÍA 2015.


LEMA: 
"JOVEN, TU PREGUNTA COMO ESENCIA DEL FILOSOFAR, ES PUENTE PARA EL CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD" 

DESCRIPCIÓN DEL LOGOTIPO III ENCUENTRO DE FILOSOFÍA.
El logotipo tiene como propósito resaltar la importancia de la filosofía, por esta razón comenzamos con la escalera la cual hace referencia a la serie de pasos que se deben seguir  para poder partir de nuestra duda y finalmente llegar a una respuesta o conclusión. Seguidamente  se encuentra el puente que representa el camino de la filosofía, con su forma semi-ovalada,  simboliza  la filosofía que nos permite  observar las cosas desde posiciones diferentes, en donde la originalidad y el pensamiento crítico resaltan notablemente. El puente también consta de soportes; en ésta imagen hacen el papel de la tradición filosófica, de las ideas de los distintos pensadores de la historia y esencialmente la  duda, debido a que siempre va a ser el soporte de la misma filosofía, la base, lo más fundamental, ya que es esta quién nos permite querer indagar y conocer las diferentes cosas que nos rodean. Por otra parte este logotipo tiene un contraste de colores, en donde al comienzo, con un color envejecido se quiere representar a los antiguos pensadores, y a medida que se  avanza puede notarse como los colores son más fuertes y sobresalientes, lo cual refleja la filosofía actual, la de cada individuo y cómo el pasado influye  hoy. Por último podemos notar como una mano abre un nuevo espacio,  esto simboliza que debemos abrir nuestra mente, intentando día a día construir nuestro pensamiento crítico, y así poder defender nuestros ideales, como se desea hacer mediante el debate de  este III Encuentro de Filosofía 2015.
MARÍA PAULA MEDINA MARTÍNEZ 11ª.

sábado, 18 de abril de 2015

FILOSOFÍA ANALÍTICA


VIDEO TOMADO DE https://www.youtube.com/watch?v=qY6T9NpDcdA

FILOSOFÍA DEL LENGUAJE- WITTGENSTEIN


VIDEO TOMADO DE https://www.youtube.com/watch?v=qPpuNFB4_y0

PRESENTACIÓN III ENCUENTRO DE FILOSOFÍA.

JOVEN, TU PREGUNTA COMO ESENCIA DEL FILOSOFAR, ES PUENTE PARA EL CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD.

“Que ninguno por ser joven vacile en filosofar, ni por llegar a la vejez se canse de filosofar. Pues no hay nadie demasiado prematuro ni demasiado retrasado en lo que concierne a la salud de su alma. El que dice que el tiempo de filosofar no le ha llegado o le ha pasado ya es semejante al que dice que todavía no le ha llegado o que ya ha pasado el tiempo para la felicidad”. EPICURO. Carta a Meneceo


Un cordial saludo a todas las instituciones educativas que se vinculan con su participación  a este III Encuentro de filosofía, actividad académica organizada en el Colegio Superior Americano de jóvenes para jóvenes.
Con el fin de aportar a una revolución educativa actual  desde el desarrollo de competencias propias, para el ejercicio de una lectura crítica aterrizada a las necesidades de los jóvenes, este III Encuentro de filosofía  plantea como objetivo general,  garantizar un espacio de debate filosófico juvenil a través del planteamiento de ponencias, resaltando el valor de la pregunta como base de la filosofía, junto a la dialéctica que brinda una reflexión sistemática hacia nuevas y edificantes perspectivas de la realidad.
Este objetivo pretende vincular nuevamente a estudiantes de distintas instituciones educativas, tanto del sector público como privado, en una práctica pedagógica  auténtica del área de filosofía (el debate), para afrontar como  sujetos de continua reflexión el reto de formar personas “autónomas, cuya competencia crítica alcance un  nivel de desarrollo que permita evaluar la calidad de los argumentos y tomar mejores decisiones”.
Desde esta necesidad, la palabra juega un papel fundamental en este III Encuentro, especialmente cuando ella se hace pregunta para cuestionar la realidad inmediata de nuestros destinatarios. Es así como los problemas filosóficos se convierten para el joven en un puente para “madurar intelectual y afectivamente, también les permite considerar el conocimiento como valioso en sí mismo, donde  el ejercicio filosófico contribuye a su formación como ciudadanos de una sociedad pluralista”.
De tal manera y siguiendo los aportes del Ministerio de Educación esbozados en las Orientaciones Pedagógica Para La Filosofía En La Educación Media (2010 Primera Edición)  es necesario resaltar la importancia de la pregunta a nivel filosófico para el contexto del joven actual, así; “preguntas y problemas cotidianos  como eje de discusión, preguntas como ejes de organización e integración del proceso histórico, preguntas como ejes de investigación y preguntas como ejes para el desarrollo de la autonomía” ratifican de manera imperativa el sentido de la pregunta como perspectiva vital en el hombre, específicamente en aquel que inicia su camino de maduración crítica.
Si bien la filosofía con sus grandes preguntas se puede asemejar a un  gran puente, el cual está soportado por una rica tradición de corrientes e ideas, y en su función permite unir dos o más puntos, este III Encuentro de Filosofía de jóvenes  para jóvenes,   pretende que los estudiantes de noveno a undécimo avancen metódicamente de manera dialéctica (tesis, antítesis y síntesis)  con sus preguntas, por el puente que los orientará a nuevas y edificantes perspectivas sobre el sentido de su propia existencia y el conocimiento de sí mismo. De tal forma el planteamiento de la pregunta (no de cualquier pregunta), como objeto de realce a lo largo de la tradición filosófica, se desprende de una actitud innata  de admiración, que el adolecente por razones propias necesita abordar y por qué no resolver. Es así como este espacio de contexto juvenil, garantiza  no tanto las respuestas a sus grandes interrogantes, sino más bien el esbozo y planteamiento coherente de los mismos, que en la dinámica clásica del debate filosófico (estilo ponencia) se puede exponer y abordar abiertamente entre pares.
Ahora bien, sin pretender limitar el amplio campo de reflexión en los participantes al III Encuentro, las preguntas referidas desde las disciplinas filosóficas que abordan el hombre, la ética y la estética se convierten, para esta figura del puente,  en la escalera que conecta  el punto de inicio del trayecto  y el punto de llegada del recorrido por el puente. Sin duda alguna la nueva visión antropológica, ética y estética que el joven descubrirá al finalizar el III Encuentro tomará otro color. Su hermenéutica de la realidad le permitirá adentrarse a nuevos territorios del conocimiento, encontrando desde su admiración  más preguntas, ya que al ser esta capacidad propia de la filosofía, debe genera  un grado de vacilación  al penetrar en el fondo de las cosas, para descubrir más allá de lo evidente la posibilidad de crecer y ser feliz.
Lic. En Filosofía
Fredy Rojas Aguilera.

domingo, 5 de abril de 2015

FILOSOFÍA DE LA MENTE. CUERPO Y ALMA

 

 


IMAGEN TOMADA; http://terceracultura.cl/2010/11/spirits-in-the-material-world-el-problema-mente-cuerpo-en-el-siglo-xxi/

TEORIAS DUALISTAS

Dualismo

En general, el dualismo sostiene la distinción real entre alma y cuerpo. El alma humana a veces es llamada espíritu, o es mencionada por sus potencias, como la razón o la inteligencia. Como lo más obvio es que nuestras ideas, juicios, intenciones no son algo corpóreo, tangible o visible, el dualismo forma parte del conocimiento común, al margen de las teorías filosóficas, y en cierto modo nadie puede prescindir de él. Las religiones suelen sostener igualmente la dualidad espíritu/cuerpo. Esta dualidad puede concebirse como una yuxtaposición de dos substancias, capaces de interactuar entre sí (un dolor físico provoca tristeza; un propósito promueve la actividad del cuerpo), o bien como una unidad más profunda y esencial. El dualismo en sentido estricto es la posición filosófica (puede ser también religiosa) que concibe el alma y el cuerpo en relación de yuxtaposición extrínseca —así es en Platón o Descartes—, y en casos más extremos se llega a identificar al hombre mismo con el alma, y aún a considerar que el cuerpo es algo negativo (maniqueísmo). En Aristóteles y Tomás de Aquino el alma es considerada la forma o acto substancial que da al cuerpo orgánico su especificidad, aunque se reconoce que el alma humana tiene una dimensión que trasciende al cuerpo (inteligencia, voluntad libre), sin que por eso sea extrínseca a él. La posición aristotélico-tomista no puede considerarse propiamente dualista, aunque sí lo es para el materialismo, que asume de modo indiscriminado como dualista cualquier postura filosófica que admita la existencia de algo distinto de las realidades materiales.
En la filosofía moderna, al haberse perdido con Descartes la noción de alma como forma del cuerpo, se comienza a hablar sólo de “mente”. Ésta se ve sobre todo en sus aspectos fenomenológicos —como conciencia, tanto sensitiva como racional—, así como el cuerpo es tomado en una versión restringida a la descripción de las ciencias naturales (física). El problema moderno, entonces, cristaliza en torno a las relaciones entre “mente” y “cerebro”, o entre operaciones y propiedades “mentales” y procesos y propiedades estrictamente físicas. Con la expresión qualia, en la filosofía de la mente suelen entenderse las sensaciones, en cuanto aparecen irreductibles a lo puramente físico. Otro modo frecuente de referirse a las operaciones mentales en cuanto subjetivas y conscientes es la expresión de “conocimiento en primera persona” o “privado”, mientras que los conocimientos que no implican sensaciones subjetivas suelen llamarse “de tercera persona” o “públicos”, sobre todo si son empíricos u observables desde fuera.
En la visión tomista, el yo o la persona normalmente es el conjunto de alma/cuerpo o mente/cuerpo, aunque se reconoce que no tendría sentido hablar de un yo o de una persona si no hubiera una subjetividad racional y sentiente. Por eso no tiene sentido decir que una piedra tiene un yo. De ahí que en los materialismos las nociones de yo y persona entren en crisis.
En el ambiente característico de la filosofía de la mente contemporánea, la dualidad alma/cuerpo o mente/cuerpo suele ser rechazada, pero más bien se piensa sólo en el dualismo cartesiano, el único conocido. Sin embargo, Popper y Eccles sostienen posiciones dualistas en parte semejantes a la cartesiana [Popper 1997; Popper-Eccles 1985]. Tal actitud suele relacionarse con la idea de que sólo las ciencias naturales proporcionarían un conocimiento serio, con lo que faltan categorías ontológicas para reconocer aspectos no materiales de la realidad de los que esas ciencias no pueden dar cuenta, incluso de las sensaciones, que son materiales, mas no en el sentido de las explicaciones físicas “en tercera persona”.
TOMADO DE http://www.philosophica.info/voces/mente/mente.html

Hilemorfismo
Se suele denominar así a la explicación filosófica de la composición de los cuerpos en materia y forma, términos que no han de entenderse en el sentido descriptivo de la Física y demás ciencias positivas, sino en sentido filosófico. Hilemórfico proviene del griego hyle (materia) y morphé (forma). Aristóteles sentó las bases del hilemorfismo, respondiendo a las aporías de Parménides y de Heráclito respecto a las mutaciones sustanciales del cosmos.
Posteriormente se ha consolidado con mayor número de argumentos. El tema suele estudiarse dentro de la parte de la Filosofía llamada Cosmología o Filosofía de la Naturaleza, al tratar de la estructura de los cuerpos y, concretamente, la esencia de los cambios que se dan en la naturaleza.

  • Origen histórico.    Se remonta a la problemática suscitada por los antecesores de Aristóteles; Parménides y Heráclito quedaron absorbidos por el doble problema de la unidad pluralidad y el de la mutabilidad-permanencia de las cosas.
Parménides negaba la pluralidad y la mutabilidad, afirmando la unidad y permanencia monolítica del ser: todo es y nada cambia. por su parte Heráclito sostenía que la unidad y la permanencia bajo las distintas mutaciones son algo ilusorio, por lo que sólo admitía la pluralidad y la mutabilidad: todo pasa, todo es puro devenir. Pero Aristóteles comprende que no se puede negar la mutabilidad de los seres, y que hay que hacerla compatible con la entidad en el cambio; y esto es posible porque las cosas constan de acto y potencia. Hay potencia porque se da un sujeto (materia) capaz de múltiples mutaciones, permaneciendo siempre el mismo; hay acto, porque la capacidad de determinación está realizada por algo distinto (forma) de la potencia, por lo actualizante de la potencia. Así quedan superadas las aporías anteriores, pues se le da su realidad correspondiente a la pluralidad y a la unidad.
Aplicando estos principios a la realidad física, Aristóteles llega a explicar cómo los cuerpos constan de materia prima y forma sustancial. La materia prima es una sustancia incompleta que, como parte determinable, constituye el compuesto sustancial material. No es un principio que sea ente completo, sino parte constitutiva de la sustancia; no es una sustancia completa, porque de suyo es siempre parte de una sustancia, determinable, indiferente a cualquier forma, ya que no da la determinación y la especificación del cuerpo; no es cuerpo, sino constitutivo del cuerpo, como su parte potencial y determinable.
La forma sustancial es, entonces, la realidad que determina la indiferencia y potencialidad de la materia, actuando intrínsecamente sobre ella; es lo que actualiza o realiza la posibilidad de la materia en el orden sustancial; por tanto, es una sustancia simple e incompleta que, como acto de la materia, constituye con ella a la sustancia completa. La materia segunda es un cuerpo que está ya constituido en su propia especie y que está todavía en potencia de recibir otras determinaciones accidentales.

DUALISMO CARTESIANO.
René Descartes (1596—1650) marca el comienzo de la psicología moderna. Fue un personaje singular: principalmente filósofo, fue también científico, fisiólogo y matemático.
Creía que un alma independiente no material habitaba y encontraba expresión en un cuerpo operado mecánicamente. La realidad del cuerpo no demandaba prueba, la realidad del alma sí. Descartes usó su famoso aforismo como prueba: cogito ergo sum, «pienso, luego existo». Es una pulcra forma de prueba y parece irrebatible. No podemos dudar de la existencia de nuestro propio yo, porque no podemos dudar del yo a no ser que exista un yo para que dude.
Es interesante que la idea no se originó con Descartes, aunque generalmente se atribuye a él. Unos mil doscientos años antes de Descartes, Agustín de Hipona escribió en su Ciudad de Dios (11.26):
Sin ninguna engañosa representación de imágenes y fantasmas, estoy absolutamente seguro de que yo soy, y que lo sé y me deleito en esto. Con respecto a estas verdades, no tengo temor de los argumentos de los Académicos, que dicen: «¿Y qué sucede si eres engañado?» Porque si soyengañado, es que soy. Porque quien no es, no puede ser engañado; y si soy engañado, por esta misma razón soy.
Descartes estaba interesado acerca de cómo lo inmaterial podía interaccionar con lo material y cómo la sustancia «extendida» del cuerpo podía alojar al espíritu «sin extensión» llamado alma. Resolvió el problema de la incompatibilidad de las dos entidades mediante su dualismo; es decir, dando un nombre al problema.
Él mantenía que los dos componentes que constituyen al hombre tuvieron un origen independiente y que son de una naturaleza fundamentalmente diferente. El cuerpo se podía dividir mediante la eliminación de una pierna o de un brazo, pero el alma era indivisible. El alma ocupaba todo el cuerpo en todas sus partes, pero la reducción del cuerpo en cualquier forma no reducía el alma. El cuerpo era procreado, el alma era creada. Aunque las dos realidades fuesen de una naturaleza completamente diferente, podían afectar a la otra, el alma al cuerpo y el cuerpo al alma.  Pero Descartes se convirtió en el padre de la teoría del interaccionismomente/cuerpo.
  • El interaccionismo de Descartes
Descartes sostenía que el cerebro (junto con el resto del cuerpo) tenía un principio operativo puramente mecanicista. Esto es cierto cuando se considera el cuerpo sin alma —como propuso que era el caso en el mundo animal, donde el alma estaba ausente. Así, los animales eran meros autómatas. Este punto de vista mecanicista del cuerpo, incluyendo el cerebro, no era cuestionable si no se hace del alma una parte esencial de su operación. De modo que Descartes quedaba libre para proceder con su física de la fisiología.
Pero, ¿cuál era entonces la naturaleza del alma? Su respuesta es simple: las percepciones sensoriales y las pasiones físicas de los hombres dependen del cuerpo, pero la conciencia de las mismas reside en el alma. Lo importante, entonces, es indagar cómo es que el alma deviene consciente (esto es, de su medio y de sí misma) y cómo consigue actuar sobre el cuerpo. Su conciencia se debe a la acción del cuerpo sobre la misma, pero, ¿cómo actúa a su vez sobre el cuerpo cuando ejerce su voluntad?
El punto de la interacción, según Descartes, tenía lugar en el emplazamiento de la glándula pineal, el único lugar que según creía él no estaba duplicado como se creía que lo estaban todas las otras estructuras cerebrales. Sin embargo, no se consideraba el alma como encerrada en la glándula pineal. La glándula es meramente el punto de interacción, no la sede del alma en ningún sentido pleno.
TEORÍAS MONISTAS
El monismo materialista, iniciado por Demócrito y Epicuro, considera que los procesos mentales se explican únicamente por su base material, localizada en el cerebro. Algunas de las más importantes son:
Materialismos fisicalista o fisicalismo: sostiene que las actividades mentales on meros procesos fisicoquímicos. Quienes se oponen a ella la llaman “reduccionismo fisicalista” para subrayar que, al reducir los fénomenos mentales a físicos, se está cometiendo una simplificación excesiva. Otra forma es el materialismo cibernético, según el cual el cerebro no es sino un complicado ordenador.
Materialismo emergentista: considera que lo mental no se reduce a lo físico, pero sí que emerge evolutivamentede lo físico. Para él, solo existe una sustancia, la materia, con muchas y diferentes propiedades fruto de una evolución.
Conductismo
El conductismo ha sido la corriente dominante en la filosofía de la mente durante la primera mitad del siglo XX. En la psicología surgió como reacción al problema de la introspección: cuando mediante la introspección alguien habla de su mundo mental interior, no hay manera (o no la había entonces) de comprobar la veracidad de sus declaraciones. Pero sin posibilidad de verificación, dicen los conductistas, no hay ciencia posible. ¿Cuál es la solución para la psicología? Debería renunciar a ocuparse de la vida íntima mental y la introspección y, en vez de eso, concentrarse en el comportamiento observable.
Paralelamente a estos desarrollos de la psicología fue surgiendo un conductismo filosófico. Este se caracteriza por un verificacionismo que considera carentes de sentido las declaraciones sobre la vida íntima mental que no pueden ser comprobadas. Sin embargo, ¿qué son los estados mentales si no conforman una vida íntima mental de la que se pueda dar cuenta mediante la introspección? Los conductistas responden: los estados mentales son descripciones de la conducta o disposiciones.

El conductismo filosófico ha sufrido una decaída desde la última mitad del siglo veinte, coincidiendo con el ascenso del cognoscitivismo. Los cognoscitivistas rechazan el conductismo debido a varios problemas que consideran insostenibles. Por ejemplo, se puede pensar que el conductismo es contra-intuitivo al afirmar que cuando alguien habla de sus punzantes dolores de cabeza esté hablando de su conducta.
TOMADO DE; http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_de_la_mente#Conductismo






MALESTAR EN LA CULTURA

VIDEO TOMADO DE https://www.youtube.com/watch?v=sIMh2TUyUik

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